El primer trago(priv. Suzuno Fuusuke)

Su vida era del mero asco trabajando para esa maldita compañía. No había mucho que hacer solo pasar como un miembro más; por más que tratara de alejarse sin la compañía su hermano estaría perdido y ello le ataba eternamente a Easter. Deseaba tener a Gazelle de vuelta a pesar de lo mucho que le odiaba. ‘Así son los hermanos, debía odiarlo de alguna u otra manera’ su mano paso a su pecho oprimiéndolo ligeramente.

El bar solo olía a alcohol y humo de cigarro completamente desagradable para su gusto; trabajo es trabajo. Estando en el baño se tranquilizo un poco entrando en el papel que tanto le costó manejar; el de un niño ingenuo. Miró de reojo a sus charas antes de guardarles en los bolsillos y salió hacia la barra sentándose justo aun lado de unos tipos con muy mala pinta, pero no tanto como el. Llevaba una camiseta totalmente blanca, y un pantalón de cuero a juego con una chaqueta, además de unas gafas negras sobre su blanquizco cabello. Aunque más bien parecía niño rico y sobre protegido, lo que justo trataba de aparentar. Sostuvo una charla más o menos amena con los tipos, se encontraba asqueado ciertamente. Pero, de un momento a otro una mirada se posó por el lugar donde estaba; lo presintió rápidamente girándose hacia el lugar donde sintió dicha mirada.

Realmente las preocupaciones de Easter le valían, y después de momentos había decidido seguir actuando como lo hubiese hecho su hermano. Estaba aun dolido a pesar de que el tiempo había pasado; Gazelle era su otro yo ciertamente y en ocasiones lo empezaba a necesitar. Bufó después del comentario de uno de los informantes no tenía tanto interés en el tema, fijo su vista en la barra y vio su copa sin el más mínimo rose de él; odiaba tomar pero ya no lo soportaba. Tomó la copa y de un momento a otro la había vaciado de un trago, dejándola nuevamente sobre la mesa. – Que asco – murmuro con las mejillas teñidas de rozado; el alcohol en su sangre había incrementado rotundamente.

El que se encontraba aun costado de el rio; ese bicho debía ser exterminado. Frunció el entrecejo y le ignoro puesto que de un momento a otro el tipo que antes les miraba se encontraba a su lado – que problema – murmuro colocando su codo sobre la barra y posteriormente el rostro en la palma de su mano. Suspiraba continuamente procurando seguir cuerdo, el alcohol le hizo efecto demasiado rápido – De la puta mierda – insulto por lo bajo sin mirar a ninguno de los presentes; con una mirada demasiado perdida en las botellas del liquido embriagante.

Todo era mierda aquí y haya; de un momento un largo vaso se poso frente a sus ojos impidiendo que siguiera en su mundo que se encontraba muy lejos de la realidad. Bufó por lo bajo viendo a los matones con una muy mala cara; que era más bien un puchero combinada con una mirada de asesino serial. Varios rieron y otros tragaron en seco; cuando Fuusuke se enojaba era una fiera que nadie podría parar su reto era muy estúpido a su ver; los empezaba a detestar como a prácticamente; Todo el mundo. – Que te jodan – respondió abriendo su bolsillo un poco; en cualquier caso usaría a Burn y los achicharraría. El líder de esa banda se levanto riendo con las manos sobre su gran barriga; seguro debido a tanto alcohol. “Que astuto muchacho… pero aquí sigues nuestras reglas o…” después de eso mostró un pequeño móvil. Fuusuke chasqueo la lengua con disgusto tomando el vaso y sin esperar al otro se la tomo. Se sentía pésimo pero era culpa de los malditos de Easter.

Soltó el vaso nuevamente dejándolo sobre la barra. Echando la cabeza sobre la misma; en ese momento se encontraba dándole vueltas lo cual no era muy cómodo. Mataría a esos bastardos en cuanto tuviera oportunidad. Todos rieron; se las verían caras con el albino. Se paró de improviso más que mareado con dirección al baño dando bastantes tumbos hasta llegar a la puerta. Las cosas no podrían ser peores.

En cuanto llegó al baño se puso el dedo en la garganta comenzando a vomitar el liquido en alguno de los lavabos; el ardor se volvió insoportable y el olor más repugnante. Sus sentido estaban hechos un asco seguro solo le quedaba llamar a su remplazo y salir de dicho lugar antes de que algo más ocurriera. – Serán cabrones – dijo después de haberse lavado la boca por el vomito. Se miró al espejo con odio; ese estúpido sonrojo no se iba, sin mencionar claro el constante mareo. Decidió sentarse en el suelo para esperar que se le pasara. En cuanto llegase a la base le reclamaría a la zorra de Charlotte por lo que paso. En parte esa su culpa por embriagarse rápido pero, también de ella al enviarle ha dicho lugar. Era claro; que la detestaba cada día más.

De un momento a otro escucho que alguien pasaba ni se molesto en saber quien era; no le importaba ¡Que todo se fuera a la mierda! Las palabras entraron por un oído y salieron por el otro. Bufó realmente molesto, plantando una no muy agradable mirada al presente. – Deja de joder – dio una orden con tono débil; su garganta comenzaba a arder nuevamente. Todo ese licor y el vomito la habían raspado considerablemente, causando incluso que terminase escupiendo sangre justo aun lado de donde se encontraba sentado. – Mierda – insulto por lo bajo pasando la mano por su tráquea. Ardía.